Igual que en el jardín, podemos apreciar la falta de nutrientes en nuestras plantas fijándonos en su aspecto, crecimiento y posición. Esta premisa, es decir, observar con una mirada más enfocada, sensible y pausada, nos puede servir para darnos cuenta de que algo no va bien en nuestra alimentación y que deberíamos hacer algo para estar todo lo radiante que podemos.
Como siempre lo primero que vamos a intentar es tener una alimentación correcta, completa, equilibrada y que nos aporte todo lo necesario para poder brillar. Lo que comemos se nota por dentro y por fuera. Por eso, en este artículo vamos a adentrarnos en las señales que nos da el cuerpo de que algo no va bien, de que algo falta y se puede solventar comiendo más de una cosa o menos de otras.
El término “vitamina” se refiere a una serie de compuestos que son esenciales en la dieta humana. Las dietas denominadas “equilibradas” se basan en la correlación necesaria de este tipo de compuestos o nutrientes para que el organismo funcione correctamente. De hecho, la propia palabra viene del término “vida”, vita en latín.
En los últimos años se ha visto que las dietas que no cumplen estos requisitos nos pueden llevar a problemas muy diversos y, por ello, proporcionar una ingesta de vitaminas más equilibrada a partir de alimentos de alta calidad sigue siendo uno de los mayores desafíos para la nutrición humana mundial en las próximas décadas. Los déficits son una consecuencia combinada de la escasez de vitaminas específicas en los principales cultivos alimentarios básicos, así como durante su procesamiento o la dependencia de unas pocas especies como fuente primaria de alimentos. Esta disminución de las propiedades naturales de los alimentos se debe, en parte, al agotamiento de los micronutrientes de la tierra por la sobreexplotación de los monocultivos. Por ejemplo, el arroz integral es una buena fuente de vitamina B1, pero en el arroz procesado no encontramos este nutriente.
Por otro lado, las frutas suelen proporcionar vitaminas y carbohidratos, pero no son ricas en minerales o proteínas. Por ello, se requiere una dieta diversificada y equilibrada con la concentración y combinación adecuada de nutrientes que sustente la salud humana.
A continuación, vamos a ver una serie de señales en las que veremos qué vitaminas podrían estar involucradas:
Deficiencia en vitamina A o retinol.
Esta vitamina es fundamental para el mantenimiento de una buena capacidad visual así como de una piel sana y un sistema inmunitario fuerte. Cuando ésta falta veremos un sensación de resequedad en nuestros ojos y nuestra piel, además de aumentar la probabilidad de sufrir infecciones. Esta vitamina se produce a partir de la ingesta de betacarotenos que están presentes en las frutas y verduras de colores rojos, naranjas o amarillos y también en los vegetales de color verde oscuro.
Deficiencia en vitaminas del grupo B.
Los síntomas más habituales de la deficiencia de estos nutrientes los podemos notar en forma de calambres y hormigueos en manos y pies o calambres musculares. También un exceso de fatiga y ansiedad puede ser debido a la falta de estas vitaminas. La tiamina o vitamina B1 es fundamental para el metabolismo, es decir, para que nuestro cuerpo produzca energía de manera eficiente. La podemos encontrar en cereales integrales. La rivoflavina o vitamina B2 nos ayuda a proteger a las células contra el estrés oxidativo y la podemos encontrar en numerosos alimentos: el queso, verduras de hoja verde, levadura de cerveza o cereales integrales. La vitamina B3 o niacina, también está relacionada con el metabolismo energético y su presencia reduce nuestra fatiga ante las actividades cotidianas del día a día. También participa en funciones del sistema nervioso y hormonal ayudando a mantener una piel sana.
Deficiencia en vitamina C.
Nuestras madres no se cansan de recordarnos la importancia de esta vitamina. Cuando estamos malitos o flojos o cuando nos “duelen los huesos”. No es casualidad. Esta vitamina tiene un papel esencial en la formación del colágeno, un compuesto muy importante en nuestro cuerpo. Para la piel, para el cabello y uñas, sí, pero también para el mantenimiento de los huesos y cartílagos, las encías y los dientes. Además es indispensable para nuestro sistema inmunitario en la absorción de hierro por parte del organismo. Cuando nos falta esta vitamina lo podemos notar en la tendencia a hemorragias o que aparezcan hematomas fácilmente. La pérdida de cabello o el debilitamiento de los dientes, así como el dolor y la hinchazón de las articulaciones pueden ser síntomas de que tenemos que ingerir más vitamina C. La podemos encontrar en muchos cítrico y en las coles de bruselas, la coliflor, las espinacas o en el pimiento rojo.
Deficiencia en vitamina D.
La vitamina D es conocida por ser la deficiencia que se da habitualmente en países con poco sol. Esto es porque la mayor fuente de vitamina D es la luz solar. Cuando falta, ocasiona una dismunición de la mineralización en los huesos, pudiendo llegar a provocar raquitismo, que es especialmente grave en niños ya que retrasa el crecimiento y puede provocar deformaciones en los huesos. En adultos, la densidad osea disimuye lo que provoca osteoporosis y fracturas. Así, que recuerda que tomar el sol, no solamente es placentero, es también imprescindible para generar vitamina D.
En conclusión, existen una serie de síntomas generales que nos pueden alertar sobre una falta de vitaminas y es una llamada a revisar nuestra dieta, comer mejor, incluir más frutas y verduras, variar la ingesta de todo tipo de alimentos y recuperar esa energía, esa piel y pelo brillantes, así como un sistema inmune que nos proteja como nos merecemos.
Si te sientes con fatiga, cansancio, dolor de huesos o articulaciones. Revisa la ingesta de vitaminas del grupo B, de vitamina C, vitamina K y vitamina E. Come más hortalizas de hoja verde, crucíferas (col, brócoli, coliflor…) y productos basados en cereales integrales y legumbres. Para el aporte de vitamina E te ayudarán, además de lo mencionado antes: las nueces y las aceitunas.
Si se te cae el cabello o lo tienes quebradizo, la piel no luce como debería, o las uñas se te rompen habitualmente, revisa si comes vitamina B8 o biotina (también conocida como vitamina H), la B3 o niacina, vitamina C y vitamina A. La yema del huevo, los pescados azules, los vegetales de colores rojos, naranjas y amarillos, las legumbres, el aguacate, la avena, el ajo o las lentejas te ayudarán a combatir estos síntomas.
Y acuérdate de que tomar el sol con moderación también hará que tu luzcas con toda la fuerza que necesitas.
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El contenido de este artículo es meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.
Fuentes
Teresa B. Fitzpatrick, Gilles J.C. Basset, Patrick Borel, Fernando Carrari, Dean DellaPenna, Paul D. Fraser, Hanjo Hellmann, Sonia Osorio, Christophe Rothan, Victoriano Valpuesta, Catherine Caris-Veyrat, Alisdair R. Fernie, Vitamin Deficiencies in Humans: Can Plant Science Help?, The Plant Cell, Volume 24, Issue 2, February 2012, Pages 395–414, https://doi.org/10.1105/tpc.111.093120
https://academic.oup.com/plcell/article/24/2/395/6097117?login=false
Wiseman, E. M., Bar-El Dadon, S., & Reifen, R. (2017). The vicious cycle of vitamin a deficiency: A review. Critical reviews in food science and nutrition, 57(17), 3703-3714.
https://doi.org/10.1080/10408398.2016.1160362
https://www.sabervivirtv.com/nutricion/senales-falta-vitaminas_56
https://www.hola.com/estar-bien/galeria/20210419187926/vitamina-d-a-c-senales-indican-deficit/2/
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