A nadie le interesa que se le caiga el pelo, ni en invierno, ni en primavera, ni en verano, ni siquiera en otoño. Antes era un tema asociado de manera casi exclusiva a los hombres pero hoy en día se han duplicado los casos en los que las mujeres pierden pelo.
Aunque la pérdida de cabello no supone ninguna desventaja evolutiva en humanos, para muchas personas la caída del pelo o la pérdida de densidad puede ocasionar problemas de autoestima, ansiedad y depresión. Y no es casualidad, el pelo es, en la inmensa mayoría de las culturas, símbolo de juventud y buena salud; aunque eso no esté científicamente relacionado entre sí.
La caída del cabello es algo muy habitual, de hecho el ratio medio de caída es de 100 hebras de pelo al día. La caída es parte de la vida cotidiana y por eso no tenemos que alarmarnos cada vez que vemos un poco de pelo en nuestro cepillo o en la almohada. Pero es cierto que si has comenzado a perder mechones enteros o tienes zonas del cabello muy aclaradas puede ser que estés experimentando pérdida de cabello.
Existen muchas razones por las que se puede caer el pelo, conocerlas nos va a permitir, si es posible, tomar algunas precauciones. Hay que tener en cuenta que hay muchos factores que entran en juego, desde causas hormonales hasta componentes genéticos y otras circunstancias asociadas al estilo de vida.
Algunas de las causas que provocan pérdida de pelo son:
1. Genéticas y hereditarias
La pérdida de cabello por este tipo de causas sigue un patrón familiar, que está asociado al cromosoma X, es decir que en el caso de los varones se transmite por la herencia materna, ya que en la conformación XY, el cromosoma X es el que viene de la madre y el Y es el que viene del padre. Aunque no está claro cuál es el gen responsable, se sabe que este cromosoma contiene el gen receptor de andrógenos que son determinantes en el desarrollo de la calvicie. Aún así, esto no es un factor determinante y puede ser debido a otras muchas causas de carácter hereditario ya que esta condición es multifactorial, es decir, que son muchos los grupos de genes que están implicados en el crecimiento del pelo y del folículo piloso. La alopecia más común en este sentido es la alopecia androgenética, de origen hormonal y genético. Ésta afecta especialmente a los hombres y su característica principal es la miniaturización de los folículos pilosos que, a su vez, favorece la rigidez de las membranas del cuero cabelludo y la alteración del funcionamiento de las glándulas sebáceas.
2. Envejecimiento
No nos engañemos conforme nos hacemos mayores, el cuerpo en general, y el cuero cabelludo en particular, sufren las consecuencias del paso de los años. Así, la caída del pelo es un factor que se intensifica con el envejecimiento, ya que nuestro pelo se va volviendo más seco y débil, afectando a la circulación sanguínea y el crecimiento de los folículos pilosos.
3. Condiciones médicas y medicamentos
Existen una serie de enfermedades que afectan a tu salud y pueden tener como consecuencia una pérdida más pronunciada que la habitual del cabello. Sobre todo las relacionadas con la piel, ya que sabemos que el pelo es una parte de la piel y están muy relacionadas con esta condición. Otras, pueden ser de carácter sistémico y afectar también a la caída. Algunas de ellas pueden ser la diabetes, el lupus, las enfermedades autoinmunes, la anemia, etc.. Así mismo, existen medicamentos que también pueden tener como efecto secundario la caída del pelo. Por ejemplo, los tratamientos antitumorales como la quimioterapia, o los tratamientos de hipertensión, como los anticoagulantes o los betabloqueantes. En el caso de problemas con la tiroides el problema puede ser doble ya que tanto la propia enfermedad como los medicamentos pueden provocar pérdida del cabello.
4. Estados de alteración hormonal, embarazo, lactancia, menopausia.
En las mujeres, aunque es menos común, también se produce la pérdida de cabello. Algunos de los casos más habituales tienen que ver con el cambio hormonal que se produce cuando se da un embarazo, en la lactancia o en la menopausia. En el caso del embarazo notaremos esta caída sobre todo al principio del embarazo y después del parto (en la lactancia), ya que es en este momento donde los cambios hormonales son más pronunciados. Con la menopausia también sucede lo mismo, la pérdida progresiva de los niveles de estrógenos son los responsables de que el pelo se vuelva más fino y quebradizo y como consecuencia se pierda más densidad. También la relación entre estrógenos y testosterona hace que el efecto de la testosterona, la “hormona masculina” que también tenemos las mujeres, pueda provocar alopecia androgenética, provocando la degradación de los folículos pilosos de algunas zonas del cuero cabelludo. De la misma manera, los cambios en los métodos anticonceptivos dependientes de hormonas, pueden provocar alteraciones hormonales que harán que nuestro pelo sufra.
5. Estrés
Éste es otro factor conocido. El estrés no es bueno para casi nada… pero es un elemento evolutivo que nos ha salvado la vida como animales a lo largo de la evolución, es, por ello, necesario. Desgraciadamente, en Occidente vivimos unas vidas que llevan a nuestros cuerpos a generar estrés incluso aunque nuestra vida no corra peligro… lo que dice mucho sobre nuestro ritmo de vida y lo absurdo que esto resulta con nuestra animalidad ya que generamos las hormonas del estrés para situaciones cotidianas que nuestro cuerpo interpreta como peligro de muerte.
Por suerte, la pérdida de cabello por estrés es reversible, es decir cuando ya no nos encontramos en esa situación el pelo deja de caerse por encima del ratio habitual. Hay que tener en cuenta que la propia caída del cabello puede ser en sí estresante y, con ello, podemos entrar en un círculo vicioso de difícil solución. Por lo que para evitar este tipo de pérdida lo que tenemos que hacer es gestionar nuestra tensión emocional.
6. Dieta, ejercicio y deficiencias nutricionales
Para acabar, pero no menos importante, como en casi todo, nuestra dieta y el ejercicio son factores esenciales para tener una salud capilar buena y que favorezca la fortaleza de nuestro cuero cabelludo, de los folículos pilosos y de nuestro cabello.
Las deficiencias nutricionales hacen mella en todo nuestro cuerpo y esto, como sabemos, incluye nuestro pelo. Algunos de los nutrientes esenciales para evitar la pérdida del cabello son:
- Hierro
- Cobre
- Zinc
- Vitaminas B12, B5 (ácido pantoténico)
- Biotina (vitamina H o vitamina B7)
- Proteínas
- Ácidos grasos esenciales (omega-3 y omega-6)
La falta proteica o la deficiencia en ácido pantoténico (vitamina B5) [link a artículo del ácido pantoténico] asociadas a la malnutrición se han relacionado desde hace mucho con patologías de la piel y la consecuente pérdida de cabello. La importancia del hierro como suplementación para mujeres no anémicas con pérdida de cabello fue demostrada hace ya 40 años. La relación que tiene la falta de vitamina B12 con la caída tiene más que ver con la ansiedad y la depresión que a su vez causan, por estrés, pérdida de cabello. La suplementación de biotina ha demostrado su eficiencia en algunos estudios para reducir la pérdida de pelo. La deficiencia de Zinc relacionada con la caída, ha sido demostrada en animales y se siguen haciendo estudios en humanos ya que puede estar relacionada con la absorción de hierro.
También es importante tener en cuenta que una sobre-suplementación es peligrosa y puede producir caída de cabello, como ocurre con las vitaminas A y E, que reducen los niveles de hormona tiroidea, por eso es mejor siempre consultar con tu médico y realizar los análisis pertinentes.
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Fuentes:
Basit, S., Khan, S., & Ahmad, W. (2015). Genetics of human isolated hereditary hair loss disorders. Clinical genetics, 88(3), 203-212. https://doi.org/10.1111/cge.12531
Shimomura, Y. (2012). Congenital hair loss disorders: rare, but not too rare. The Journal of dermatology, 39(1), 3-10. https://doi.org/10.1111/j.1346-8138.2011.01395.x
Rushton, D. H. (2002). Nutritional factors and hair loss. Clinical and Experimental Dermatology: Clinical dermatology, 27(5), 396-404. https://doi.org/10.1046/j.1365-2230.2002.01076.x
Liberman, M. C., Epstein, M. J., Cleveland, S. S., Wang, H., & Maison, S. F. (2016). Toward a differential diagnosis of hidden hearing loss in humans. PloS one, 11(9), e0162726. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0162726
Webs:
https://sevilla.abc.es/estilo/bulevarsur/noticias/belleza/motivos-caida-pelo/
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/hair-loss/symptoms-causes/syc-20372926
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